El volcán Popocatépetl, uno de los más grandes de México y peligroso debido a su cercanía con áreas pobladas, ha presentado más de mil temblores diarios y medio centenar de erupciones desde el pasado viernes. Esto ha llevado a elevar la alerta al nivel amarillo fase 3, el último antes de la alerta roja. La expulsión de densa fumarola y una gran cantidad de ceniza ha generado la movilización de aproximadamente 7.000 militares para atender a las comunidades. Se estima que alrededor de 25 millones de personas que viven en un radio de 100 kilómetros están en riesgo debido a la actividad volcánica.
El Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) informó sobre dos erupciones y 1.389 movimientos internos registrados el lunes. El martes, sigue saliendo material incandescente del cráter con una columna de humo de 1.600 metros de altura.
Debido al riesgo de sobrevolar el área, se han suspendido alrededor de 1.200 vuelos con destino a la Ciudad de México. El aeropuerto internacional Benito Juárez cerró sus operaciones durante al menos cinco horas debido a la ceniza en el cielo. Las emisiones del volcán también han afectado la calidad del aire en la localidad de Puebla, donde se ha reportado una alta concentración de partículas perjudiciales para la salud. Por esta razón, las autoridades han instado a los residentes a usar mascarillas y permanecer en sus hogares.
A pesar de que se había registrado un aumento en la actividad volcánica en las últimas semanas, fue el viernes pasado cuando se produjo la erupción. El domingo se activó el plan de emergencia y se suspendieron las clases presenciales en cuarenta municipios, incluyendo la capital mexicana. Se han establecido puntos de coordinación estratégicos con la presencia del Ejército, la Guardia Nacional, Protección Civil y la Policía para facilitar la evacuación de la población en caso de que aumente el peligro del volcán conocido popularmente como “Don Goyo”.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha anunciado la planificación de nueve rutas de evacuación y la habilitación de varios refugios para albergar a las personas desplazadas. La ciudad de Puebla, con aproximadamente 6.000 habitantes, es la urbe con mayor riesgo. En las localidades más cercanas al volcán, donde se estima que viven unas 900 personas, solo hay refugios para 400.