Inicio a los 15 años ganando 25 pesos por ofrecer baños para perros, hoy Lucía Denisse ha dedicado su vida a la estética canina, donde además de ofrecer cortes y baños, confecciona ropa para sus mejores clientes.
Por la calle Reyes esquina con Jesús Siqueiros en la colonia Balderrama se encuentra “Denys Dog”, una estética canina atendida por Lucía Denisse Flores Miranda, quien comenzó a realizar este oficio desde sus 15 años.
Lucía es la protagonista de esta historia, a la edad de 15 años junto a una de sus amigas, comenzó a ofrecer el servicio de bañado de perros, ganaban 25 pesos diarios y fue una actividad que atrajo la atención de la hoy estilista de canes.
“A los 18 empecé a tener mi propio negocio, los bañaba aquí, antes era un súper y ponía un anuncio aquí afuera de “Se corta pelo de perritos” y así empecé, hasta ahorita son 23 años ya con el negocio establecido”, compartió.
Como un don, Lucía también desarrolló la habilidad de crear ropa para perros y actualmente puede realizar diseños en 15 minutos.
“Me hice modista de perros, solo viendo; en una veterinaria vi un molde de un suetercito, lo desbaraté, lo volví a pegar y a la fecha, no sé coser absolutamente nada que no sea de perros”, agregó la modista y estilista.
En el año 1999 cuando comenzó con su proyecto tuvo un éxito total, en ese tiempo, aún no era penada la venta de perros, actividad que ella realizaba en su negocio, acomodaba hasta 40 mascotas en un día y exportaba ropa y casitas para perro.
Superó la adicción al cristal
Cuando Lucía llegó a los 33 años, tomaría una decisión que le cambiaría completamente la vida y por 10 años vagaría por las calles de Hermosillo solo para satisfacer una necesidad, la adicción al cristal.
“En el mismo trabajo, yo veía que nadie se cansaba y así, no faltó quien me aconsejara que lo consumiera y si lo hice, realizaba de 40 a 50 cortes diarios y no paraba, de día, de tarde y de noche, mientras menos descansaba, más trabajo tenía”.
“Me fue arrastrando, yo ya no trabajaba si no consumía, entonces no era lo mismo, me empecé a ausentar de lo que es mi trabajo, dejé encargado, no fueron los mismos cortes, una cosa llevó a otra y me salí de mi casa, abandoné a mis hijos, mi trabajo”, compartió la emprendedora.
La vida en la calle fue una etapa difícil, contó, conoció a muchas personas y también valoró a cercanos que le tendieron la mano ya sea con comida o prestando sus casas para tomar un baño.
“Literal te lo juro dormía en la calle, sin comer, había días y cualquier cosa que levantaba no valía la pena, el celular o cualquier cosa de valor, nada me duraba, lo vendía o lo cambiaba”.
“Tuve muchas amistades que gracias a dios en todas partes me abría las puertas, pero sí había días en los que decía “hijuelas que voy a comer ahora” o consumía o comía”.
Hace 5 años la estilista tomó la decisión de internarse y solo un mes le bastó para que volviera a tomar las riendas de su vida, retomara su negocio y poco a poco ir construyendo nuevamente lo que dejó pendiente.
“Ha sido difícil el proceso porque de la nada empezar a tener y ver dinero, las malas amistades; ahorita ya nadie me visita y no lo necesito, estoy muy agradecida con mi familia, con mis papás sobre todo que los amo y les agradezco el apoyo con mis hijos”
“Hasta ahorita estoy muy bien, no ha habido recaídas, me ayudó mucho la iglesia y aquí estoy, has de cuenta que tengo 5 años que volví a nacer con todo y negocio”, finalizó.
Al día de hoy, Lucía puede retomar ese amor que la llevó a dedicarse a ser estilista y modista de perros, aseguró que los tiempos han cambiado en el trato a las mascotas desde que ella inició su negocio, aplaude que hoy las leyes protejan a los animales.
También reflexionó acerca de cómo el can ha tomado un papel sumamente importante en la familia, por ello ha decidido llevar un taller para especializarse más en su oficio.
Poco a poco Denyse Dogs, vuelve a tomar color en esta avenida, al cruzar por la banqueta del negocio se puede escuchar la máquina de coser diseñando un traje o una secadora terminando los últimos detalles antes de entregar a un perrito bañado, e incluso algunos ladridos de las mascotas de clientes que le han tomado cariño y confianza por su trato delicado con cada mascota.
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