El presidente pidió reformar a la Organización de los Estados Americanos (OEA), pues sentenció que no ayuda a los pueblos de la región.
A pesar de calificar como “una decisión arbitraria”, la expulsión del embajador de México en Perú, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que el gobierno mexicano no romperá relaciones con el país andino.
“La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) ha decidido no romper relaciones, entre otras cosas, porque necesitamos mantener nuestra embajada para dar protección a los mexicanos que radican, trabajan y viven en Perú. Entonces, la embajada continúa en su función, ya está nombrado un encargado de la Embajada y seguimos pendientes de los acontecimientos en Perú“, dijo.
El mandatario reprochó a la nueva presidenta peruana, Dina Boluarte, haber optado por la represión y actuado de forma antidemocrática al no convocar a elecciones, pues dijo que con eso se podría evitar la inestabilidad política.
Acusó que el nombramiento de Boluarte por parte del Congreso de ese país es una imposición, y afirmó que no hay pruebas que demuestren que el ahora expresidente, Pedro Castillo, haya cometido algún delito.
“Aprovecho para lamentar la decisión que tomó el gobierno de Perú, un gobierno muy cuestionado en su conjunto por su proceder, sobre todo por optar por la represión y no buscar al conflicto de Perú una salida mediante el diálogo y con el método democrático de convocar a elecciones lo más pronto posible para evitar (…) una situación de inestabilidad política”, mencionar.
“La mayoría del Congreso estaba en contra del presidente que está detenido. No hay pruebas de que haya cometido un delito, no existe ningún dictamen que demuestre que tiene incapacidad moral, entonces se lleva a cabo una imposición, la gente se inconforma porque no respetan la voluntad popular”, dijo.
Dijo que la crisis en Perú es mantenida por las ambiciones de grupos de poder económico y político, y por una élite “que no permite que el pueblo peruano (…) ejerza sus derechos políticos”.
Se lanza contra EU y OEA
El Presidente cuestionó que el gobierno de Estados Unidos, “que siempre habla de democracia”, en vez de pedir que se respete la voluntad del pueblo peruano avaló la “maniobra truculenta” para destituir a Pedro Castillo.
Señaló que lo más lamentable y preocupante es la actitud represiva del gobierno de Boluarte: sacar al ejército para reprimir al pueblo.
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