La administración de Donald Trump ha intensificado sus políticas migratorias, afectando no solo a migrantes indocumentados sino también a residentes legales y turistas con visas vigentes. Según un reportaje del New York Times, las autoridades fronterizas están implementando una “verificación mejorada”, que incluye inspecciones exhaustivas de dispositivos electrónicos y la evaluación de opiniones personales que podrían considerarse amenazas para la seguridad nacional.
Estas medidas han llevado a situaciones como la detención de turistas alemanes en la frontera sur, el rechazo de entrada a un científico francés por comentarios críticos sobre Trump y la deportación de una médica con visa válida tras encontrar contenido relacionado con Hezbolá en su teléfono.
Además, se ha observado un aumento en el monitoreo de protestas universitarias, especialmente aquellas relacionadas con conflictos internacionales, resultando en arrestos de académicos participantes.
Estas acciones han generado preocupación entre organizaciones defensoras de derechos humanos, que advierten sobre posibles restricciones a la libertad de expresión y el impacto en migrantes legales sin antecedentes delictivos.