Gabriela Clementina es una actriz sonorense con más de una década de trayectoria, destacándose por su versatilidad y compromiso en cada proyecto que aborda. Con una carrera en constante crecimiento, ha logrado transitar por una amplia gama de géneros y estilos, explorando desde el teatro para bebés hasta montajes dirigidos a un público más adulto. En esta entrevista, Gabriela nos comparte sus reflexiones sobre la obra Mujeres sin Cuello, un proyecto muy cercano a su corazón, y su experiencia trabajando en espacios emblemáticos como el Kiosco del Arte. Nos habla de los retos de interpretar personajes complejos y de cómo la compañía El Desmayo Teatro ha sido clave en su evolución artística.
1. Gabriela, tienes una carrera llena de proyectos muy diversos. Cuéntanos un poco sobre ti, tus primeros proyectos y ¿Qué fue lo que te atrajo específicamente de la obra Mujeres sin Cuello y del personaje que interpretas? R: Llevo 11 años como actriz profesional y estoy muy agradecida por haber tenido la oportunidad de participar en más de 20 proyectos, todos muy diferentes entre sí, desde teatro para bebés hasta teatro para adultos. Tengo claro que nunca dejamos de aprender y de buscar todo lo que podemos ofrecer al espectador.Mujeres sin Cuello es una de mis obras favoritas; me fascina el texto y me atrapa cada vez que lo interpreto. Disfruto mucho el nivel de dificultad actoral que implica, ya que estamos en escena todo el tiempo y es una constante lucha de poder, llena de objetivos y emociones intensas.
2. El Kiosco del Arte es un espacio emblemático en Hermosillo. ¿Qué retos y ventajas encuentras al trabajar en un espacio como el Kiosco del Arte, comparado con otros escenarios más tradicionales? R: Me encanta el Kiosco del Arte Pitic, empezando por su arquitectura. Incluso antes de entrar, ya vives toda una experiencia con sus formas. Su teatro me gusta mucho porque es acogedor y encaja perfectamente con Mujeres sin Cuello, una obra muy íntima donde todo sucede en un cuarto que parece una pequeña bodega. El espacio realmente resalta la cercanía y la tensión de la pieza
3. La relación entre Mili y Amelia en la obra parece compleja y cargada de tensión. ¿Cómo te preparaste para representar esta dinámica tan intensa en el escenario? R: Fueron muchas horas de ensayo y trabajo físico, con entrenamientos corporales en los que aprendíamos a manejar el cuerpo en el espacio. Practicamos las cargadas con Mili, así como las expresiones, cadencias, pausas y posturas que la obra exige.
4. El Desmayo Teatro ha apostado por propuestas audaces. ¿Cómo ha influido la visión de la compañía en tu propio crecimiento como actriz? R: El Desmayo Teatro ha sido clave en mi crecimiento como actriz. Su propuestas me ha impulsado a salir de mi zona de confort. Mi primera obra con la compañía fue Después de la fiesta, una pieza corporalmente complicada, donde por primera vez experimenté lo que era interpretar un personaje y medio, ya que éramos dos actores en escena dividiéndonos un tercer personaje. Esta experiencia me permitió explorar nuevas formas de expresión y coordinación.
5. ¿Qué mensaje esperas que el público se lleve después de ver Mujeres sin Cuello? ¿Qué crees que hace que esta historia sea relevante para la audiencia actual? R: En Mujeres sin Cuello no hay un mensaje explícito, sino una ausencia de información que intriga al público y lo deja reflexionando. La obra plantea muchas preguntas y situaciones que invitan a la audiencia a sacar sus propias conclusiones. Si nos ponemos moralistas, podría decirse que hay una búsqueda de equidad humana en un mundo tan diverso. Creo que lo que hace que esta obra resuene con la audiencia actual es precisamente esa ambigüedad
6. Y unas palabras personales que le quisieras decir al público en general. R: Ve al teatro, al cine, a caminar, a tomar algo. Atrévete a hacer cosas diferentes y nutre tu perspectiva artística. Tómate un momento para mirar el cielo por las tardes y, solo por hoy, haz el esfuerzo de ser un poco más feliz.
Para Gabriela Clementina, cada proyecto es una nueva oportunidad de aprendizaje y crecimiento, y Mujeres sin Cuello no es la excepción. Con pasión y dedicación, ha logrado conectar con la audiencia a través de su interpretación, llevándola a cuestionarse y reflexionar sobre los temas que la obra plantea. Su enfoque auténtico hacia el teatro y el arte, sumado a su búsqueda constante de nuevos desafíos, la posiciona como una actriz que sigue evolucionando con cada paso que da. Al despedirse, Gabriela nos deja una invitación: explorar el arte en todas sus formas, abrazar la curiosidad y, sobre todo, permitirnos disfrutar de la vida un poco más cada día.