Uno de los principales obstáculos para curar el VIH es que el virus puede esconderse en ciertos glóbulos blancos, formando una “reserva” que no puede ser eliminada ni por los medicamentos ni por el sistema inmunológico. Esto le permite al virus reactivarse en cualquier momento, lo que complica mucho su eliminación total del cuerpo.
Investigadores del Instituto Peter Doherty en Australia han desarrollado una técnica basada en ARNm —la misma tecnología usada en vacunas contra el COVID-19— para hacer visible al virus escondido. Su estudio, publicado en Nature Communications, muestra que el ARNm puede introducirse en las células infectadas usando unas burbujas especiales de grasa.
Estas burbujas, llamadas nanopartículas lipídicas (LNP), no funcionaban antes con ese tipo de glóbulo blanco, pero el equipo logró crear una nueva versión llamada LNP X que sí lo consigue. Una vez dentro, el ARNm le da instrucciones a la célula para que revele el VIH oculto, lo que sería el primer paso para eliminarlo.
Los resultados fueron tan sorprendentes que al principio los científicos repitieron varias veces el experimento para confirmar que no era un error. Ahora, buscan saber si con solo revelar el virus el cuerpo puede eliminarlo por sí mismo o si será necesario combinar esta técnica con otras terapias.
Aunque se trata de un avance prometedor, el proceso para aplicar esta tecnología en humanos es largo. Aún faltan pruebas en animales y ensayos clínicos. Mientras tanto, cerca de 40 millones de personas en el mundo viven con VIH y dependen de tratamientos de por vida. En 2023, una persona moría cada minuto a causa de este virus, según datos de ONUSIDA.