La semana pasada diputados del congreso local aprobaron por unanimidad la creación de un nuevo delito al que llamaron “Sumisión química” y le impusieron 10 años de cárcel, a los que se sumarán las penas de otros delitos ligados como agresión, actos de violencia, abusos, privación de la libertad y más según el caso y las segundas intenciones por las cuales se haya adulterado la bebida.
El objetivo primordial de este delito, es proteger a los jóvenes de criminales en bares, fiestas y establecimientos donde se venden bebidas y que es un secreto a voces, además de casos comprobados, donde alteran estas bebidas a clientes con el fin de causarles algún daño.
“Se busca garantizar a este sector de la población su derecho a divertirse de forma segura y sin temor a ser víctimas de daños a la salud y segundas intenciones”, dice el comunicado enviado a medios.
La aprobación se dio por unanimidad y el objetivo firme es sancionar a quienes “de manera subrepticia o mediante intimidación o engaño, introduzca sustancias embriagantes, narcóticos, fármacos o cualquier otra sustancia natural o química en la bebida de la víctima para manipular, anular o disminuir su voluntad, generarle una disminución de su grado de vigilancia, vulnerar su capacidad de juicio o provocar su completa inconsciencia”.
Sonora es el primero
Sonora se convirtió con esta aprobación, en el primer estado a nivel nacional en crear el delito para un acto que está ahí desde hace muchos años y que en los últimos tiempos se ha incrementado; en otros estados de la República la Sumisión Química se toma como una agravante, más no como un delito.