HERMOSILLO, En su infancia, Alma Garza de Zaragoza recuerda que su madre no acostumbraba adornar su casa en Navidad, fue hasta que conoció a su ahora esposo cuando empezó a colocar los adornos navideños y el árbol, pero la instalación del Nacimiento de casi cuatro metros de largo es lo que ha caracterizado a la familia Zaragoza Garza.
Desde inicios de noviembre la señora Alma saca cuatro cajas grandes con más de 100 adornos, entre ellos el primer Nacimiento que le compró su esposo, hace 50 años.
Lo empiezo a poner a inicios de noviembre, me tardo como tres semanas. En lo que saco las cosas, porque las guardo en papel para que no se me quiebren porque son cosas muy delicadas”
“Empezó pequeñitito pero fue agrandándose”, dijo, “mi hija fue hace cinco años a Guadalajara y me trajo muchas piezas y ya se agrandó más”.
Sus piezas más antiguas y valiosas son el pesebre, así como los Reyes Magos, los cuales son parte del primer Nacimiento que puso en su hogar.
“Algunas figuras ya no tienen manitas, también una tortillera que está allá fue de las primeras y pues sí, tengo bastantes de los primeros del original”, dijo.
Desde familia hasta vecinos saben del gusto de Alma por colocar el Nacimiento, así como el empeño que pone cada temporada navideña.
Mis nietos y mis hijos nunca me agarraron nada, me respetaron. Una Navidad le dije a mis nietos que me ayudaran a guardar todo, pero nunca me agarraron nada. Saben que es mi vida”, expresó.
“Es una tradición para mí, el día que no esté, quién sabe quién lo va a poner porque nadie lo quiere poner”, comentó entre risas, “pero les digo que entonces se va conmigo”.
Son más de 700 luces, varias figuras de cerámica entre pastores, casas, edificios y casitas de madera hechas por ella misma.
“Es mi vida. El día que ya no esté, pues bueno. Me decía mi hija, que vive en Mexicali ‘mamá ya no lo pongas’, porque estoy mala de la rodilla pero yo le digo que no me duele nada, yo lo pongo hasta que Diosito me permita”, manifestó.
Desde montañas hasta un lago, Alma construyó con mucha imaginación y destreza, gracias al amor que le tiene a las manualidades.
“Yo siempre dije que quería un Nacimiento grande, desde que me casé mi marido me compró el árbol y cositas pequeñas, pero luego fuimos a Guadalajara y vi las cosas preciosas y rápido lo hice grande”.
Otra de sus figuras favoritas es una fuente, que está en una de las esquinas.
“Me relaja, es mi favorita. Una Navidad se me descompuso, me quise morir”, relató, pero al poco tiempo la arregló, ya que tengo cerca de diez años con ella.
Para Alma la Navidad significa amor, unión en familia y también el Nacimiento de Cristo.
Para mí es amor, amor, amor y nada más que amor”, expresó.
Alma busca que sus nietos e hijos la recuerden no sólo por su Nacimiento, sino también por el gran amor a su familia.
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