El Gobierno de México presentó un paquete de reformas laborales que incluye aumentar el salario mínimo en 2026 y reducir de manera gradual la jornada laboral de 48 a 40 horas por semana para el año 2030. El objetivo es mejorar las condiciones de los trabajadores sin causar presiones en la inflación, aunque especialistas están revisando el impacto que esto podría tener en la productividad y en los costos laborales.
La presidenta Claudia Sheinbaum anunció que el salario mínimo general subirá 13%, pasando de 278.80 a 315.04 pesos diarios, mientras que en la Zona Libre de la Frontera Norte el aumento será del 5%, quedando en 440.87 pesos diarios. Sheinbaum aseguró que este incremento “no generará presiones inacionarias”, ya que la inflación sigue dentro de la meta del Banco de México.
El secretario del Trabajo, Marath Baruch Bolaños, destacó que este aumento ayudará a recuperar el poder adquisitivo de los trabajadores y afirmó que “logramos en la frontera norte llegar a un salario que tiene la posibilidad de cubrir 2.8 canastas básicas”. El gobierno calcula que 8.5 millones de empleados se beneficiarán con este ajuste, alcanzando el nivel salarial más alto desde 1980.
Además del aumento salarial, Sheinbaum confirmó que México avanzará hacia una reducción de la jornada laboral, bajando dos horas por año desde 2027, siempre que el Congreso apruebe las reformas en 2026. Según la Secretaría del Trabajo, esto favorecerá la productividad, la salud laboral y el bienestar familiar.
Tanto el incremento salarial como la reducción de horas se acordaron “por consenso” entre empresarios, sindicatos y gobierno. Estas medidas se suman a otras reformas recientes, como ampliar las vacaciones pagadas y otorgar más derechos a los trabajadores de plataformas digitales, aunque también generan dudas sobre el impacto económico en pequeñas y medianas empresas.




