Un fallo en la función de “compartir” de ChatGPT provocó que miles de conversaciones privadas de usuarios fueran indexadas en Google y quedaran al alcance de cualquiera. El hallazgo lo hizo el periodista y profesor de la Universidad de Arizona, Henk Van Ess, quien asegura haber localizado más de un millón de conversaciones.
Secretos al descubierto
En su investigación publicada en la web Digital Digging, Van Ess reveló que encontró información altamente sensible: desde proyecciones financieras de empresas antes de ser presentadas oficialmente ante la SEC, hasta consultas de abogados sobre cómo desplazar comunidades indígenas para proyectos energéticos. También detectó discusiones sobre tácticas de espionaje, ciberataques y hasta intentos de generar material prohibido.
Lo alarmante es que Van Ess no utilizó técnicas de hackeo, sino simples búsquedas en Google, muchas de ellas sugeridas por otra inteligencia artificial. Esto demuestra que los usuarios que compartieron enlaces nunca imaginaron que sus conversaciones quedarían expuestas públicamente.
Debate sobre privacidad
El caso reaviva la discusión sobre la seguridad y la confidencialidad en el uso de IA generativa. “De internet nada desaparece realmente”, advirtió Van Ess, señalando que incluso después de que OpenAI deshabilitara la función de compartir y desindexara enlaces, es posible acceder a miles de conversaciones archivadas en plataformas como Archive.org.
Sam Altman, CEO de OpenAI, reconoció hace poco que los usuarios suelen compartir aspectos muy íntimos y delicados de su vida con ChatGPT, comparándolo con el rol de un terapeuta o consejero. Sin embargo, a diferencia de un médico o un abogado, la IA no ofrece garantías legales de confidencialidad.
Riesgos en el sector público
La polémica crece porque las grandes empresas de IA están ofreciendo sus servicios a gobiernos con precios simbólicos, buscando posicionarse en la administración pública. Incluso líderes como el primer ministro de Suecia han admitido usar ChatGPT para reflexionar sobre políticas de Estado.
La advertencia de Van Ess es contundente: “Esto es como repartir cerillas en un escape de gas”. En un escenario donde ciudadanos filtran sin querer información privada y gobiernos adoptan estas plataformas para temas estratégicos, la confianza y la seguridad nacional están en juego.