Londres /
Los fiscales estadunidenses alegaron que Google paga más de 10 mil millones de dólares anuales por acuerdos que le aseguran ser el motor de búsqueda predeterminado en teléfonos móviles y computadoras, en el inicio en Washington del juicio antimonopolio más importante de los últimos 25 años.
“Este caso trata del futuro de internet y de si el motor de búsqueda de Google se enfrentará alguna vez a una competencia significativa”, dijo Kenneth Dintzer, durante la declaración inicial del Departamento de Justicia en un caso en el que se acusa a Google de dominar las búsquedas en internet mediante acuerdos que van contra la competencia.
Dintzer añadió que el grupo de tecnología comenzó en 2010 a “mantener ilegalmente” el monopolio que estableció. En la actualidad representa alrededor de 89 por ciento del mercado de búsquedas en internet, dijo.
Se trata del juicio por monopolio de mayor repercusión desde que el Departamento de Justicia acusó a Microsoft en la década de 1990 de intentar acabar con el entonces pionero navegador Netscape con su dominio de Windows.
Casi tres décadas después, una nueva generación de funcionarios progresistas nombrados por el presidente Joe Biden —incluido Jonathan Kanter, jefe de la unidad antimonopolio del Departamento de Justicia— se comprometió a controlar a las grandes compañías de tecnología. Argumentan que el nivel insuficiente de impugnaciones legales interpuestas en las últimas décadas permitió la proliferación de conductas contrarias a la competencia en todo EU.
Kanter, que estaba en la sala del tribunal de Washington como observador, heredó el caso de Google de la administración Trump, que lo presentó por primera vez en 2020.
“El caso contra Google es el caso de monopolización más importante desde Microsoft”, dijo Sean Sullivan, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Iowa.
En la denuncia del Departamento de Justicia se alega que Google marginó a sus competidores pagando miles de millones de dólares a operadores de telefonía móvil, desarrolladores de navegadores y fabricantes de dispositivos mediante acuerdos que garantizaban que su motor de búsqueda ocupara un lugar destacado en teléfonos móviles y computadoras.
Google argumenta que ofrece un buen producto que el público elige utilizar. También dice que los acuerdos en cuestión los fijan principalmente sus homólogos, compañías como Apple o Samsung, y que otros actores pueden sumarse al proceso de puja.
“No es suficiente para el Departamento de Justicia demostrar que Google es muy grande o que sus competidores tienen dificultades para hacer incursiones en su contra”, dijo Sullivan. “Sobre el Gobierno recae la carga de demostrar que Google mantiene una posición de monopolio mediante una conducta contraria a la competencia”.
Todavía no se establecen las listas de testigos para el juicio sin jurado, que se espera que dure alrededor de 10 semanas, pero se espera que el Departamento de Justicia llame a declarar a las compañías implicadas en los acuerdos de Google, como Eddy Cue, director del negocios de servicios de Apple, además del director ejecutivo de Google, Sundar Pichai.
En enero, el Departamento de Justicia presentó otra demanda antimonopolio contra Google por su posición dominante en el mercado de la publicidad digital, uno de varios casos que los responsables de la lucha antimonopolio de la administración Biden han presentado en un esfuerzo por contrarrestar a las grandes compañías de tecnología.
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