El huracán Beryl ha puesto en alerta a las autoridades y habitantes del sureste de México. Aunque Beryl podría disminuir su fuerza, aún amenaza con causar daños. En medio de esta preocupación, la estatua del dios griego Poseidón en Progreso, Yucatán, ha desatado una controversia que mezcla creencias ancestrales con la situación climática.
En Yucatán, muchos creen que las recientes tormentas son por la instalación de la estatua de Poseidón, pensando que enfureció al dios maya de la lluvia, Chaac. Esto llevó a una convocatoria en redes sociales para derribar la estatua y calmar la supuesta ira de Chaac, evitando así la devastación del huracán.
Imágenes en redes mostraron la retirada de la estatua, con comentarios críticos y sarcásticos. Sin embargo, las fotos eran de la instalación de la estatua, que se hizo en partes para evitar daños.
Las autoridades de Progreso no han hecho un comunicado oficial sobre la estatua o las medidas para protegerla. La comunidad sigue preocupada y preparándose para el impacto del huracán.
Especialistas y autoridades han emitido alertas sobre el avance de Beryl, con vientos que podrían llegar a 250 km/h. Recomiendan evacuar zonas costeras, reforzar viviendas y preparar suministros de emergencia. El aeropuerto de Quintana Roo está lleno de personas buscando salir antes de la tormenta.
La historia de la estatua de Poseidón refleja el choque entre modernidad y creencias antiguas. Para algunos, es un símbolo de protección; para otros, una afrenta a Chaac. En tiempos de crisis, estas tensiones emergen. Las autoridades llaman a la calma y la preparación racional, priorizando la seguridad de la comunidad. Es crucial basar las decisiones en información precisa y científica para proteger a todos.