En medio de un panorama económico global incierto, el subgobernador del Banco de México (Banxico), Jonathan Heath, afirmó que se debe tener más información y dejar pasar más tiempo para confirmar que la inflación está bajando.
A través de la minuta de la última decisión de política monetaria de Banxico, Heath subrayó que también se “requiere paciencia” para que la postura actual tenga el efecto deseado en la inflación.
El iniciar un ciclo de relajación monetaria prematuramente pudiera mandar una señal de complacencia y que se está satisfecho con una inflación general elevada
Jonathan Heath, Subgobernador de Banxico
En dicha decisión, celebrada el pasado 26 de septiembre, Jonathan Heath fue el único integrante de la Junta de Gobierno del banco central que votó a favor de mantener la tasa de interés en un nivel de 10.75 por ciento.
Desde su perspectiva, aunque algunos indicadores han comenzado a mostrar señales positivas, dijo que iniciar un ciclo de relajación monetaria de forma prematura podría interpretarse como una señal de complacencia.
“El iniciar un ciclo de relajación monetaria prematuramente pudiera mandar una señal de complacencia y que se está satisfecho con una inflación general elevada”, señaló.
Para el subgobernador de Banxico, el impacto de la postura monetaria va más allá de los niveles de tasas de interés, pues la manera y el momento de ajustar las tasas envían un mensaje clave a los mercados y la economía en general. Bajo este escenario, reiteró que se necesita un poco más de tiempo para confirmar la tendencia de la desaceleración en la inflación, que al cierre de septiembre fue de 4.58 por ciento, sumando así dos meses consecutivos de disminuciones.
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“Por el momento, necesitamos un poco más de tiempo tanto para confirmar la tendencia que las señales positivas parecieran sugerir, así como para evaluar si necesitamos ajustar nuestra función de reacción”, puntualizó el subgobernador del banco central.
En la minuta divulgada por Banxico, la mayoría de los integrantes de la Junta de Gobierno coincidió en que el panorama inflacionario en México ha venido mejorando, luego de los profundos choques globales de años previos, aunque aún enfrenta desafíos de largo plazo.
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