La reciente boda de la influencer sonorense Lupita Villalobos en Toledo, España, sigue generando conversación más allá de la fastuosa ceremonia de tres días que celebró junto a su esposo Juan Luis. Ahora, el tema que divide opiniones es su forma poco convencional de vivir la luna de miel: no solo viajó a Europa con su pareja, sino que también se dejó ver acompañada por parte de su familia.
En varias fotos y videos compartidos en redes sociales, Lupita aparece disfrutando de ciudades icónicas como Roma, París y Lisboa, acompañada de su madre y quien parece ser su hermana, generando sorpresa y comentarios entre sus seguidores. Esto desató la interrogante: ¿es válido compartir la luna de miel con la familia o debería ser un viaje exclusivo para los recién casados?
Mientras algunos de sus seguidores aplaudieron el gesto como una muestra de unión familiar y agradecimiento —especialmente porque Lupita cumplió recientemente el sueño de su madre de conocer París—, otros criticaron la decisión al considerar que se trata de un momento que debería reservarse solo para la pareja.
El caso de Villalobos abre un debate interesante sobre cómo han cambiado las tradiciones en torno al matrimonio y los viajes de luna de miel, que ya no necesariamente se viven bajo las reglas de antaño.