Fátima Bosch, la nueva Miss Universo 2025, respondió desde su Instagram a los mensajes de odio que ha recibido desde que ganó el concurso en Tailandia. En sus historias escribió: “Gracias a Dios, tengo firmes mis valores y mi autoestima, y esto no me derrumba. Hoy quiero alzar la voz no como una reina de belleza, sino como una mujer. Una mujer que, como millones en el mundo, ha vivido en carne propia la violencia que nace del odio, de la desinformación y de la incapacidad de algunos de ver a una mujer brillar sin sentirse amenazados. Aunque estos ataques duelen, no me definen”.
Su triunfo ha generado polémica, ya que varias personas señalan una supuesta conexión entre Raúl Rocha Cantú, presidente del certamen, y Petróleos Mexicanos (Pemex), cuestionando si la coronación fue legítima. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, negó cualquier complot y le restó importancia al tema al decir: “Hay mucha desesperación, ¿no creen?“.
Bosch compartió capturas de los mensajes que ha recibido, como “Espero te mueras mañana”, “Mereces que te maten”, “Qué asco me das y que gran descaro tienes”, “Te deseo un mal karma para toda la vida, Fátima”, “Papi le compra la corona a su hija”. También agregó un mensaje más largo donde señaló: “Lo que me define es mi fortaleza, mi integridad y el amor que tengo por mi país. Hoy estoy aquí para decir algo con absoluta claridad: ningún ataque hará que me arrodille, ningún insulto apagará mi propósito”. Además, agradeció a quienes sí la han apoyado: “Su luz me sostiene. Su confianza me impulsa. Su cariño me recuerda que no estoy sola”.
Las acusaciones crecieron luego de que se revelara que el padre de Bosch habría recibido una licitación millonaria de Pemex en 2023. Esto llevó a que el foco público se pusiera tanto en ella como en Rocha Cantú, especialmente porque dos de los ocho jueces renunciaron antes de la final. Uno de ellos, Omar Harfouch, afirmó en Instagram que el jurado había sido improvisado y que había “personas con un importante conflicto de intereses”.
Bosch publicó todo esto en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, fecha que recuerda el asesinato de las hermanas Mirabal en 1960. Desde 1999, la ONU usa este día para visibilizar y denunciar la violencia que enfrentan millones de mujeres en todo el mundo.




