Una tragedia en el centro de Hermosillo se convirtió en el peor desastre para la cadena Waldo’s, que cuenta con más de 900 tiendas en todo el país. La sucursal ubicada en la calle Doctor Noriega, entre Matamoros y Juárez, no tenía un programa de protección civil actualizado desde hace cuatro años, lo que provocó que 23 personas murieran atrapadas entre el fuego, el humo tóxico y sin rutas de salida seguras.
Tras el incendio, la empresa decidió cerrar temporalmente sus 68 sucursales en Sonora mientras las autoridades investigan posibles negligencias en seguridad y supervisión. El lugar del siniestro sigue acordonado, y peritos trabajan entre los restos del edificio colapsado.
De las 23 víctimas, 21 ya fueron identificadas, mientras que dos cuerpos siguen sin reconocer. Además, seis personas permanecen hospitalizadas, dos de ellas en estado crítico: una joven y un adulto mayor. Según la Fiscalía estatal, la mayoría murió por inhalar gases tóxicos, ya que la tienda solo tenía una entrada y ninguna salida de emergencia.
El secretario de Gobierno, Adolfo Salazar Razo, confirmó que Waldo’s no contaba con un plan de protección civil vigente. Aunque se había aprobado en 2019 y 2020, fue rechazado en 2021 por incumplimientos, pero la tienda continuó operando. “Revisaremos todos los documentos y trámites para determinar responsabilidades”, señaló.
El fiscal Gustavo Rómulo Salas Chávez añadió que los dueños de Waldo’s entregarán los permisos y registros del local y que ya ofrecieron apoyo a las familias afectadas. También se investiga si hubo fallas eléctricas o en los paneles solares del edificio. Por su parte, la CFE aclaró que el transformador que explotó no era de su infraestructura, sino un equipo particular del negocio.




