La administración del expresidente Donald Trump dejó claro que no habrá amnistía para los trabajadores agrícolas indocumentados. En su lugar, se implementarán deportaciones selectivas y se impulsará la automatización en el campo como solución a largo plazo para suplir la mano de obra.
La secretaria de Agricultura, Brooke Rollins, explicó que las deportaciones masivas prometidas por Trump se llevarán a cabo de forma estratégica para no afectar el abasto de alimentos en Estados Unidos. La idea es que eventualmente las máquinas reemplacen a los jornaleros en las labores agrícolas.
Actualmente, casi el 42% de los 2.5 millones de trabajadores del campo no cuentan con documentos, lo que preocupa a la industria agrícola por el riesgo de una crisis laboral. Aunque Trump había insinuado una posible regularización sin ciudadanía, su equipo negó cualquier plan de legalización.
Rollins mencionó la posibilidad de ampliar el programa de visas temporales H-2A, que en 2024 permitió contratar a más de 380 mil trabajadores extranjeros, pero no ofreció detalles concretos sobre cambios futuros.
Finalmente, el gobierno relacionó esta estrategia con la nueva ley que impone requisitos laborales a beneficiarios de Medicaid, con la esperanza de que más estadounidenses puedan ocupar empleos agrícolas. Sin embargo, expertos advierten que muchas personas en ese programa no están en condiciones físicas para realizar ese tipo de trabajo pesado.