Jesús Villa, Ian Suárez, Emiliano Zambrano, Noé Segura, Daniel Medina y Lizeth Valdés unieron sus conocimientos en ingeniería en sistemas computacionales para participar en un hackathon escolar. Lo que inició como un ejercicio académico se convirtió en un sistema funcional que ya atrajo la atención de gobiernos locales.
“Empezó como una idea para un congreso de inteligencia artificial, pero le dimos un giro hacia el tema del tráfico. Ahora, queremos que esto impacte a Hermosillo y a otras ciudades”, explicó Jesús Villa.
¿Cómo funciona el sistema?
La propuesta es clara: que los semáforos ya no dicten el ritmo de la ciudad, sino que se adapten a ella. El sistema usa cámaras para detectar la cantidad de vehículos en cada intersección, analiza los datos en tiempo real y ajusta automáticamente las luces para dar preferencia a las vías más saturadas. De esta forma, se optimiza el flujo vehicular y se reduce el riesgo de accidentes.
“Detecta, procesa, ajusta y optimiza”, resumió Ian Suárez. “Queremos que el semáforo piense antes de cambiar”.
Hacia una ciudad más segura y eficiente
Además de agilizar el tránsito, este sistema podría reducir significativamente el número de accidentes, un problema que ha puesto a Hermosillo en los primeros lugares de incidentes viales a nivel nacional.
El proyecto se encuentra en fase de entrenamiento. La IA aún requiere identificar con precisión distintos tipos de vehículos, desde motos hasta tráileres. Una vez que alcance una confiabilidad del 90%, los jóvenes buscarán pruebas en vivo.
Lo que hace falta: visión y apoyo
El equipo ya tiene acercamientos con gobiernos locales para presentar su propuesta. Aun así, hacen falta permisos, financiamiento e infraestructura. El reto más grande es instalar cámaras de buena calidad en cada semáforo, lo que requerirá coordinación entre distintas dependencias.
“Aunque la competencia terminó, nosotros no hemos parado ni un solo día. Esto va más allá de Hermosillo; puede funcionar en cualquier ciudad”, expresó Ian Suárez.
Una llamada a la acción
La juventud ya hizo su parte. Ahora es el turno de quienes deciden: apoyar esta propuesta no solo sería apostar por la innovación, sino por una ciudad más segura, rápida y eficiente.
Porque como ellos dicen: los autos ya no deben adaptarse a los semáforos. Es hora de que los semáforos se adapten a nosotros.