Astrónomos han detectado el asteroide “2024 YR4”, que según la NASA tiene un 3.1% de probabilidad de chocar contra la Tierra el 22 de diciembre de 2032. Con un tamaño estimado entre 40 y 90 metros de ancho, un impacto podría causar daños severos, como la destrucción total de una ciudad. Es el riesgo más alto registrado en este tipo de predicciones, aunque los científicos insisten en que las cifras aún pueden cambiar.
Expertos subrayan que este cálculo se basa en datos preliminares y que la probabilidad de impacto podría reducirse en las próximas semanas. Bruce Betts, de la Planetary Society, comentó que “no hay razón para entrar en pánico”, aunque es necesario seguir vigilando el asteroide. En el peor de los casos, su impacto sería hasta 500 veces más potente que la bomba de Hiroshima, lo que podría arrasar una ciudad o incluso generar un tsunami si cae en el océano.
El nivel de riesgo sigue siendo bajo, pero es el más alto jamás registrado en más de 20 años de monitoreo de asteroides. Richard Moissl, jefe de defensa planetaria de la Agencia Espacial Europea (ESA), señaló que eventos como este son “muy, muy raros” y que, por ahora, no hay peligro inminente. Casos similares, como el del asteroide Apophis en la década de 2000, terminaron descartándose tras análisis más precisos.
Los científicos planean usar el telescopio espacial James Webb para obtener observaciones más exactas en marzo. Sin embargo, el tiempo apremia, ya que el asteroide pronto se alejará de la Tierra y será imposible seguirlo con telescopios terrestres hasta 2028. Basándose en su brillo, los expertos creen que podría tener un impacto similar al del meteorito que devastó una región de Siberia en 1908.
Si el riesgo de impacto se confirmara, la comunidad científica podría estudiar una misión para desviar su trayectoria. En 2022, la NASA logró modificar la órbita de un asteroide inofensivo al estrellar una nave contra él, demostrando que una defensa planetaria efectiva es posible. Ahora, la prioridad es recopilar más datos antes de tomar cualquier decisión.