Al menos cinco personas han muerto y decenas más han resultado heridas por los incendios forestales que arrasan Los Ángeles.
El fuego ya consumió cientos de casas en zonas como Palisades, Eaton, Hurst y Woodley. Bomberos y servicios de emergencia han estado trabajando sin descanso desde el martes para controlar las llamas, pero los fuertes vientos de Santa Ana y la sequedad del ambiente complican las cosas.
Este incendio, considerado el más destructivo en la historia de la ciudad, ya ha obligado a más de 100,000 personas a evacuar y arrasó más de 1,000 estructuras. Las primeras llamas comenzaron el martes en Pacific Palisades, una zona de mansiones al oeste de Los Ángeles, y en pocas horas el fuego ya había alcanzado cientos de hectáreas.
Por la tarde, otros incendios se desataron en Altadena (Eaton), al norte de Palisades (Woodley) y cerca de Santa Clarita (Hurst). Además, el miércoles por la noche otro fuego inició en las colinas de Hollywood, poniendo en riesgo lugares icónicos de la ciudad.
El jefe de bomberos de Los Ángeles, Anthony Marrone, señaló que las causas están bajo investigación. Por su parte, el meteorólogo Ariel Cohen describió la situación como “catastrófica”, explicando que los vientos de hasta 160 km/h han favorecido la rápida expansión del fuego.