Mayo y junio han sido los meses con más reportes de violencia familiar en Hermosillo en lo que va del 2024, sobre todo en zonas de la periferia de la ciudad aunque es una situación que impacta a toda la población.
Cassandra López Manzano, responsable de la Unidad de Género de la Policía Municipal, informó que las llamadas de violencia familiar llegaron a mil 484 en el mes de mayo y mil 602 en junio, mientras que para julio y agosto la cifra bajó alrededor del 19%, con mil 300 y alrededor de mil 200 casos, respectivamente, cumpliendo con la tendencia a la alza durante los meses de mayor calor.
Asimismo, resaltó que la mayoría de llamadas por violencia familiar se dieron en las colonias La Choya, Solidaridad, Palo Verde, Tierra Nueva, Nuevo Hermosillo, Las Palmas, Insurgentes, Villa Del Real, Fuente de Piedra y López Portillo.
“No significa que en otras partes no pase, sino que por cuestión población ahí se concentran muchas personas, y además es esta parte de la cultura de la denuncia, de marcar al 911; obviamente también vemos días y horarios donde se cargan más las llamadas, en la tendencia de los últimos años, ha sido los domingos entre las 9 y 10 de la noche, y el segundo día es el sábado, es decir, durante el fin de semana”, detalló.
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En ese sentido, López Manzano destacó que existen mitos sobre la violencia familiar, uno de ellos es que la mayoría de los casos son agresiones físicas, pero la realidad es que la violencia psicológica es de las más reportadas a través del 911 en la capital sonorense, lo que implica que las personas están dispuestas a pedir auxilio antes de que la situación escale a la violencia física.
“Otro mito es que en los niveles socioeconómicos más bajos hay más violencia, por el tema del acceso al dinero, pero también en niveles altos, hay muchas ocasiones, no en todos los casos, pero sí algunos, donde las mujeres no trabajan porque están holgadas en el tema económico, entonces no necesitan trabajar los dos, en la pareja tradicional mujer – hombre, pero la violencia económica está presente, no porque haya poquito, sino porque hay mucho”, agregó.
De tal forma, puntualizó que puede que se presenten casos de violencia familiar en contextos más favorecidos socioeconómicamente, sin embargo, no se ve reflejado en reportes de colonias de clase alta por una cuestión demográfica, ya que viven menos personas, asimismo, también existe el factor de la vergüenza y la presión social.
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“A veces como externos, cuando no somos las víctimas, pero presenciamos o tenemos conocimiento de un caso, el no hacer nada nos vuelve cómplices, o sea, el ser omisos, decir que lo arreglen ellos, no es un tema privado cuando puede estar en riesgo la vida de otra persona, por lo que es recomendable evitar comentarios que le hagan sentir sola, o que no tiene sentido continuar con su proceso”, dijo.
Por ello es necesario formar una red de apoyo alrededor de una persona que es víctima, brindándole opciones bien informadas sobre qué hacer en caso de sufrir violencia familiar, como podría ser marcar al 911.
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